martes, 4 de septiembre de 2012

Pez en Flores

Foto de Martín Santoro

Payasos, malabares, equilibrio, algo de “cumbia circense”… Elementos extraños en un recital de rock. Pero las fiestas clandestinas tienen estas cosas que ayudan a matar la ansiedad mientras se espera a que la banda principal se suba al escenario (aunque la agitación es difícil calmar si el que debe subir es Pez).
Y una vez terminado el circo, las sombras no se hacen esperar (sólo tres), el bombo impaciente se mezcla con la música del DJ y por fin se abre el telón. Es Pez, con una nueva (en realidad vieja) formación de trío, ya sin Pepo Limeres, ya sin teclas. El prejuicio de un fundamentalista del teclado aparece como una niebla densa que no permite apreciar los primeros temas. Pero finalmente el sonido del trío se adueña del lugar y sólo basta cerrar los ojos para viajar al compás de riffs, armonías, cortes y cambios de ritmo.
http://www.pezapesta.com.ar/fotos.htm
¿Cuántas horas de ensayo necesita un conjunto para coordinar tantos cortes, matices y pinceladas? Con el material que estos muchachos usan para dos o tres temas, un economista musical sacaría un disco doble. Pero al fin una banda se olvidó de los números y recordó que primero están los sonidos.
Cierre para los de siempre, “Rompo tu piel de Asno”, La Gota (pedido por el público que produjo alguna chicana de Ariel Minimal) y “Creo que amamos el dolor”, para que el viaje termine en éxtasis de explosión. Unas seiscientas personas (a ojo) despiden con ovación a una de las mejores bandas del rock nacional en Flores.

Por Emanuel Villalba

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