La chica toma un lápiz, una birome o lo que sea…y se pone a dibujar. Se llama Vanina y se apellida Barral, pero realmente acá los rótulos poco importan. Cuando la imaginación se apodera de ella, su espíritu baila y sus trabajos lo demuestran. “Me inspira todo lo que tengo en la cabeza. Muchos son símbolos y asociaciones: por ejemplo, los ratones son los pensamientos; los peces son las palabras; las nenas son las mujeres, con grandes matas de pelos descontrolados y los gordos son unos seres que muchas veces tratan de conectarse con sus antenitas con ese mundo que los rodea”, explica la dibujante. La primera sensación al observar sus trabajos es ver seres de otro mundo, como si Barral generara una ilusión, pero, al mismo tiempo, otra opción posible es considerar que lo que dibuja es su visión de nuestro planeta. Las interpretaciones y las metáforas saltan de la hoja, del lienzo…de todas partes y llegan hasta los ojos, cerebro y alma de quienes están mirando. Mientras tanto, la chica sigue y sigue dibujando...
- ¿Qué vas a exponer el próximo 8 de abril?
Los trabajos que voy a exponer son las ilustraciones con las que vengo garabateando, cuadernos que hago desde hace mas de dos años, buscando llevarlos a un contexto mas plástico. Son personajes que fueron surgiendo por la practica misma, por el juego y por el vicio de dibujar, que se desprendieron básicamente de todo lo que tengo en la cabeza.- ¿Qué música escuchas cuando dibujas?
En una búsqueda infinita de conceptos, realidades y fantasías, Vanina manifiesta su arte y endulza lo cotidiano con chispas de creatividad y ganas de romper las líneas que delimitan la rutina.
Por Karina Crulcich
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