Kill Gil: CHARLY TIENE MUCHO QUE DECIR

Cuando lo surreal invade la cabeza, la psicodelia no duda en aparecer…algo común en los sesenta y setenta, en los artistas que levantaron la mano para decir “soy capaz de hacer real las cosas imposibles que pensás, nena!”, y lo hicieron. García sin duda fue uno. Trato de despabilar a muchos y lo logró. Trató de pintar colores musicales que no existían, y lo logró. Fueron épocas de creación pura, de creación sin filtro…con un inconsciente que decía lo que quería mediante frases metafóricamente poéticas sin que la consciencia moleste.


Hoy, 2011, me puse a escuchar Kill Gil y, con una enorme sonrisa lo digo, Charly García me sigue sorprendiendo. Vivir el estallido cultural de hace treinta o cuarenta años mediante libros y discos viejos no es fácil, pero gracias a artistas como él podemos decir que los veinteañeros viajamos en el tiempo.

Ante todo llama la atención desde su tapa la frase “un disco que se ve”. Como pusimos un videito una vez acá en el blog, cada una de sus canciones tiene imágenes de pinturas y dibujos de Charly…la vista no se salva (por suerte) de la bomba Say No More.

En cuanto a letras, Charly grita “Estamos juntos en la prisión, no hay forma de salir. El mundo es un patio de prisión. A donde querés ir…”, desde la primera canción titulada “No importa” y concebida por él mismo como una de las canciones más duras de su vida. “Te doy un auricular, y un disco para mirar, y una receta más para que salgas a pasear. La gente que nunca duerme es más real. No sé si la luna te hace reconciliar”, cuenta poéticamente desde "Pastillas". “Los fantasmas resisten la vulgaridad, los fantasmas se visten con ropa del más allá”…insiste una y otra vez desde “Los Fantasmas”. Y así suceden las canciones, teniendo en lista una versión nueva de la tremenda “Transformación” de Seru Giran 92, un cover de “Mirando las ruedas” de Lennon y algunas otras sorpresitas más.

Kill Gil alimentará tu alma, tu cerebro, tu alegría, tus desdichas…y todo lo demás.

Por Karina Crulcich