La fiesta de la Aplanadora

Ya pasó una semana del recital de Divididos en el Luna Park y el tiempo que dejamos transcurrir antes de escribir esta crónica no es en vano. Cuesta digerir tanta cultura y, sobre todo, es difícil entender cómo una banda puede llegar a abarcar tantos géneros e ideas. Divididos creció a tal punto que podría ser comparada con varias bandas que primaron nuestro rock. La fuerza de las letras y de la música hace que el alma entienda las canciones antes que la cabeza.

Luego de haber tocado en dos fechas el mes anterior, la banda de Mollo, Arnedo y Ciavarella volvió al Luna con algunos cambios en los shows. Antes del recital hablamos con el jefe de prensa de la banda que nos dijo misteriosamente “los vamos a sorprender”. Y así fue. Más allá de las canciones de ayer, del nuevo disco Amapola del 66, del tributo a Pappo con “Sucio y Desprolijo” y de los pogos infaltables, el show fue un abrazo eterno hacia los tan maltratados pueblos originarios. Músicos del interior de nuestro país pasaron por el escenario cantando, bailando y tocando instrumentos autóctonos. Mientras tanto, en el campo la emoción hacía vibrar al suelo.

Desde las diez menos cuarto de la noche hasta casi la una de la madrugada la música no paró. A lo largo de las tres horas se contó con dieciséis invitados: Juan Saavedra, Micaela Chauque, Facundo Nardone, los amigos de Ricardo Vilca, Claudia Puyó, Roberto Pettinato, Fabiana Cantilo, Isabel de Sebastián, Hilda Lizarazu y Ciro Fogliatta, entre otros. Con los últimos cinco invitados mencionados, la banda hizo un tributo a The Beatles cantando y tocando la canción With a little help from my friends. El recital empezó con Hombre en U y terminó con NextWeek de Sumo.

A eso de la una y algo salimos del Luna con la sensación de haber vivido algo importante. Las metáforas nos calaron la piel, la diversidad temática de las canciones interpretadas nos partió el cerebro y los temas de amor hacia la libertad agitaron nuestro corazón. Amapola del 66 ya tuvo su presentación y Divididos marcó nuevamente un hito dentro de la Historia del Rock Nacional.

Por Karina Crulcich

Nota: ¡Gracias Mollo por las dos púas y el palillo!