Muestra en Quilmes: Desnaturalizar lo naturalizado. Invitación a sumergirse en otro plano de las cosas.

De diferentes maneras, el arte nos da lugar a la interacción. Ninguna obra es completamente cerrada sino que da espacio a la búsqueda, la representación y la imaginación. En la Casa de la Cultura de Quilmes (Rivadavia, esquina Sarmiento) se exponen actualmente dos muestras: una que une trabajos de los alumnos de la escuela Prilidiano Pueyrredón, y la otra que expone obras del artista plástico y profesor Andrés Garavelli.

En el caso de la primera exposición, la muestra se vincula a lugares, espacios y objetos –algunos más cotidianos y otros más experimentales– que  poseen un mismo fin: mostrar que es más fuerte la red de significaciones en las que nosotros sumergimos a las cosas que su propia e inmediata materialidad. Por ejemplo, una mesa de té, una muñeca a la cual hay que alimentarla con pastillas incluyendo un mensaje en ellas que simbolice lo que le damos de comer, un libro con relieves para mirar sin los ojos, etc. Cada una de las obras guarda una concepción mucho más profunda que la que manifiesta, una visión vinculada con el quehacer humano, el origen y las costumbres que marcan nuestra existencia.

En cuanto a la segunda muestra, surge una especie de fascinación por ver cuáles son los materiales utilizados en cada una de las obras. Cuadros enormes muestran un sinfín de texturas que dan ganas de tocar. Andres Garavelli explica al comienzo de la muestra que la materia es el elemento más importante para él de tal manera que el tema a tratar pasa a ser un pretexto. A simple vista, parece existir una curiosidad inmensa de parte del artista sobre la utilización de elementos (entre los que se resaltan la pasta de cera, los trapos, los hisopos, el óleo, los desechos plásticos industriales, etc). La primera reflexión que se me vino a la cabeza al salir de la sala fue que somos todo eso, somos todos esos materiales. Nuestro entorno humano, la extensión de nuestro cuerpo, son cosas que también se relacionan con nuestras costumbres…es interesante ver como todo eso se puede unir en una idea, o en una obra. El resultado visual es exquisito por la variedad de relieves y texturas.

Por Karina Crulcich