Conocidas son ya las protestas de los músicos por los abusos que deben sufrir cotidianamente en el ejercicio de su oficio. La escasez de escenarios le permitió, por ejemplo, a los dueños de bares y boliches habilitados cobrar para que el artista entretenga a sus clientes. Con las ventas de entrada el músico como mucho logra igualar lo que invirtió para pagar el “alquiler” del escenario, mientras que el dueño además se queda con el ingreso de la barra.
También los músicos deben resignarse a invertir grandes sumas de dinero en las producciones de sus discos o en la difusión de su trabajo. Pero poco pueden hacer contra las grandes discográficas que insertan sus productos (pocos nacionales y muchos extranjeros) en los grandes medios y bombardean las calles con sus publicidades. De esta manera, el artista sólo es un peón en busca de que la suerte le de una mano y lo incluya en el sistema privilegiado de la música sponsoreada. O como mucho, un “vago” irreverente que se mantiene al margen de tanto lucro.
Hoy la solución a estos problemas parece estar más cerca después de la grata noticia de que al fin se discutirá en el senado la “Ley de la música”. Hace años ya, distintas agrupaciones de músicos independientes vienen amasando una ley que termine con esta realidad a la que lamentablemente muchos están acostumbrados. A través de un “Instituto Nacional de la Música” como principal órgano de fomento, se busca la activación de circuitos estables de música en vivo, subsidios para grabación y difusión, espacio en los medios para el arte nacional, asegurar que los grupos sociales con menos oportunidades de acceder a determinadas expresiones puedan llegar a ellas, entre otras cosas.
La noticia entusiasmó a muchos. Ahora habrá que esperar hasta el 28 de septiembre, que sería la fecha en la que comenzaría a debatirse el proyecto.
Para más información: http://www.umiargentina.com/umiargentina/
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