jueves, 12 de enero de 2012

Hablar de la vida

Tal vez una de las mejores y mayores virtudes de la música sea la idea de que "habla de la vida". Escuchar palabras, sonidos y hasta tener la llamada "piel de gallina", es una sensación increíble, indescriptible, vivirla es la única forma de sentirla. Cada uno tiene su lista de vida, pero hay temas clásicos que logran la llamada representación de sensaciones propias seguida de la sonrisa o el cambio.
A nivel profesional, hay estudios dentro de la "Psicología de la música" que muestran el porque de esa influencia de ciertos sonidos en nuestra vida.  "Lo que vemos u oímos, es una imagen visual o aural (auditiva), que depende de la habilidad de nuestro cerebro para procesar una cierta cantidad de información. La música es sonido, el sonido es vibración, la vibración es energía que se transmite en forma de ondas que llegan a nuestro oído y de él al cerebro. Pueden ser de diferente naturaleza: agradables, desagradables, excitantes, tranquilizadoras...etc. En defi nitiva, transmiten un mensaje que puede ser más o menos significativo dependiendo de diversos factores...", explicó en uno de sis trabajos Josefa Lacárcel Moreno de la Universidad de Murcia. Ella, también explica en el texto "Psicología de la música y emoción musical", que el oído es el más cualificado de los estimulos cerebrales sensoriales. "El mensaje afectivo de la música lo localizamos en el diencéfalo, zona profunda del cerebro asiento de las emociones. La melodía afecta a la vida emocional y afectiva y es el diencéfalo el que recibe los motivos y diseños melódicos , adquiriendo éstos significación, despertando así todo un mundo interior de sentimientos y emociones", comenta. Además, agregó "...La música nos ayuda en nuestro desarrollo psíquico y emocional, proporcionándonos el equilibrio necesario para alcanzar un nivel adecuado de bienestar y felicidad. La música considerada como arte, ciencia y lenguaje universal, es un medio de expresión sin límites que llega a lo más íntimo de cada persona. Puede transmitir diferentes estados de ánimo y emociones por medio de símbolos e imágenes aurales que liberan la función auditiva tanto emocional como afectiva e intelectual. Escuchar y “hacer” música desarrolla la sensibilidad, la creatividad y la capacidad de abstracción o análisis. No sólo cumple una función estrictamente educativa cuando hablamos de aprendizajes musicales, sino que también cumple otros fines. Nos propicia a descubrir nuestro propio mundo interior, la comunicación con “el otro” o “los otros” y la captación y apreciación del mundo que nos rodea".
Cuatro clásicos ejemplos de temitas de vida:

"...guarden bien tus manos esta libertad. Ya no poses nena, todo esto es en vano, como no dormir..."



"...la vida es un libro útil para aquel que pueda comprender. Tengo confianza en la balanza que inclina mi parecer..."

"vas aquí, vas allá, pero nunca te encontrarás al escaparte. No hay fuerzas alrededor, no hay pociones para el amor"

"...porque en la apariencia no me fijo, piensan que así no puedo ser. No cambia nada estar un poco sucio, si mi cabeza es eficaz"

Fuente texto "Psicología de la música y emoción musical" de Josefa Lacárcel Moreno.

Por Karina Crulcich

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