Numerosas discusiones he tenido acerca de lo que significa que una banda sea “buena”, en el sentido más amplio de la palabra. Y aunque el debate suele terminar con la conclusión de que aquello es una apreciación muy personal y subjetiva, a veces creo que ciertas características ameritan para que una banda sea considerada, efectivamente, dentro del grupo de “las buenas”.

Junto a varios invitados, como Migue de El Bordo y Bárbara Silva de Mama Chabela, la banda demostró un gran crecimiento a nivel musical. Intercalando diversos ritmos, y fusionando el rock con el reggae, el candombe, la chacarera, el jazz y el country, las extensas letras de las canciones fueron tomando vida, repletas de sentido y contenido social y político. Así, se dieron el lujo de tocar casi todos los temas del último trabajo, pero también repasar algo de su historia, con clásicos como “La casada”; “Viejo”; “Cerveza” y “Skalipso”, entre otros. Y promediando el final, darse el gusto de mechar “La parabellum del buen psicópata”, de Los Redondos.

Si la entrega absoluta, el profesionalismo, la humildad y la impecable calidad musical de esta banda no son características válidas dentro del pequeño mundo de las “buenas bandas”, entonces ¿cuáles lo son?
Por Rocío Rimoldi.
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