Aquellos ordinarios delirios de fama suelen ser el combustible de las acciones de muchos (o quizás todos) en algún momento de sus vidas. Ser ovacionado en un gran escenario, ganar el campeonato con un gol propio en el último minuto o quizá recibir el premio Nobel de economía… enormes reconocimientos plasmados en un instante de gloria. Pura vanidad.
Glen Holland no escapó a esta realidad, por lo que buscó su fama durante diez años en escenarios de bares oscuros, pero sólo encontró la decepción con la que suele encontrarse la mayoría. Sus planes de adolescencia no habían resultado como imaginaba, y la necesidad de buscar un empleo estable se hacía imperiosa. Como más de uno, cayó en la docencia como mejor opción posible, pero sin una vocación real de profesor.
De un momento a otro, el escenario que mil veces había creado en su mente se había transformado en un aula de una escuela secundaria de Estados Unidos. La idea no le disgustaba, pero tampoco lo motivaba lo suficiente. Hacerlo lo mejor posible y subsistir, ese era el simple objetivo.
Sin embargo con el tiempo logró compenetrarse en su trabajo y sentir la pasión de educar. Descubrió que no sólo podía ayudar a explotar a grandes talentos en potencia, sino que además debía formar “personas”. Sin darse cuenta, comenzó a dedicarle a su nueva profesión la misma pasión con la que soñó mil veces la manera de alcanzar la fama.
El director Stephen Herek recorrió los treinta años de profesión de este personaje, que finalmente logra adentrarse en el corazón de sus alumnos y dejar su huella. A lo largo de las dos horas de film, nos presenta una conmovedora historia en la que no sólo se plasma emociones personales, sino que además realiza fuertes críticas sobre el sistema educativo estadounidense (que al igual que el nuestro, relega las artes y humanidades frente a las ciencias exactas).
Ficha técnica:
AÑO: 1995
GÉNERO Drama
DURACIÓN 142 min
DIRECTOR Stephen Herek
GUIÓN Patrick Sheane Duncan
MÚSICA Michael Kamen
En la siguiente escena se manifiesta una situación que aún hoy en día es motivo de polémicas. Se ha confirmado mediante distintas investigaciones que al enseñar partiendo de los conocimientos que tiene el alumno se obtiene mejores resultados. Sin embargo, hoy en día hay muchos maestros que en las escuelas de nuestro país se niegan a trabajar con los estilos musicales que más escuchan los jóvenes (rock, cumbia, marcha, etc...) y se cierran sólo en la música académica.
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