Ficha técnica:
Dirección: Martin Brest
Música: Thomas Newman.
Reparto: Al Pacino, Chris O'Donell, James Rebhorn, Gabrielle Anwar, Philip Seymour Hoffman, Todd Louiso.
País: Estados Unidos
Año: 1992
Género: Drama
Duración: 157 minutos
Un clásico del cine. Película que galardonó nada más y nada menos que a Al Pacino como mejor actor en los Premios Oscar de 1993. Sin lugar a dudas, una obra que no debe faltar en la retina de la memoria de cualquier cinéfilo. Un film donde la integridad y el poder de la palabra están exaltados como mensajes claros de conciencia y caballerosidad.
La historia retrata el momento en que dos vidas totalmente dispares se cruzan para trastocarse mutuamente. Por un lado, un retirado y ciego Teniente Coronel, Frank Slade (Al Pacino), y por el otro, un estudiante, Charlie Simms (Chris O’ Donnell), de familia pobre y becado en una prestigiosa universidad privada.
Ambas personalidades se contradicen todo el tiempo, pero a la vez, sin darse cuenta ese choque de generaciones y vivencias es la razón por la cual cada uno aprende del otro a cada instante. La terquedad del viejo teniente que aparenta cierta fuerza, tenacidad y facilidad para persuadir con tan sólo el diálogo se quiebra cuando piensa en el suicidio. Mientras que la pureza y pasividad del joven se rompe cuando confronta con el coronel para cuidarlo y ayudarlo a seguir.
Un drama con todos los ingredientes. Con escenas memorables como cuando suena la versión instrumental de “Por una cabeza”; mismo cuando el teniente toma el volante de una Ferrari a toda máquina y muestra sentirse vivo de nuevo; o cuando sobre el final, el viejo coronel dispara un discurso que dan ganas de aplaudir. Así es esta película que conmueve todo el tiempo, aún volviéndola a mirar.
Por David Rodriguez
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