"Porque el camino es árido y desalienta, porque tenemos miedo de andar a tientas, porque esperando a solas poco se alcanza valen más dos temores que una esperanza. Dame la mano y vamos ya", nos cantaba llevando a cuestas siempre esa mochila de esperanza. La voz en alto, inquebrantable y pura de María Elena Walsh es la que hoy nos llama a recordarla.
Si bien alguna vez pensó: "Los huérfanos de madre tenemos unas carencias afectivas curiosas"; hoy no es difícil asumir que ese amor fue cubierto con el que ella misma generó, ese que se contagia todavía y que va a quedar pasándose de generación en generación.
Desde 1930 a 2011 paseó su amplitud mental y su defensa de la libertad del hombre por todos lados. Apoyó las buenas causas de la vida y de nuestro país y rechazó las oscuras. Gracias a su literatura impecable y su claridad de ideas el tema "Como la cigarra" se vuelve un himno inteligente y firme.
En su nombre y el de todos los niños, este pequeño homenaje.
Por Ivonne Guevara
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