martes, 13 de marzo de 2012

Alfonsina Storni: La poeta del mar

Alfonsina Storni Martignoni, poetisa y escritora argentina del modernismo, nació en Sala Capriasca, Suiza entre los días 22 y 29 de mayo de 1892.
Alfonsina llegó a la Argentina en el año 1896, junto a sus padres se instala en la provincia de San Juan; luego se mudan a Rosario, en la provincia de Santa Fe.
Storni trabajo como mesera en el negocio familiar y ejerció como maestra en diferentes establecimientos educativos; también supo conseguir empleo como actriz.
Ha escrito poesías y hasta obras de teatro. Sus textos, para algunos feministas y para otros resentidos contra el hombre, han sido originales y vanguardistas para la época y sin lugar a duda ha marcado y cambiado el sentido de las letras en Latinoamérica. 
La poetisa y escritora Alfonsirna Storni decidió quitarse su vida en las aguas de Mar del Plata arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. 
Hoy nos quedan sus palabras y sus sentimientos más profundos, sus prosas siguen despertando mentes y alimentando espíritus dormidos.

Me atreveré a besarte                                                   

Mírame aquí a tu lado tirada dulcemente;
soy un lirio caído al pie de una montaña...
Mírame aquí a tu lado...Esa luz que me baña
me viene de tus ojos como de un sol naciente.

Cómo envidio tus uñas insertas en tus dedos,
y tus dedos insertos de tu mano en la palma,
y tu ser todo inserto en el molde de mi alma!
Cómo envidio tus uñas insertas en tus dedos.

Acoge mi pedido: oye mi voz sumisa,
vuélvete a donde quedo postrada y sin aliento.
Celosa de tus penas, esclava de tu risa,
sobra de tus anhelos y de tu pensamiento.

Te miraré a los ojos cuando la tarde abroche
tu boca bien amada que no he besado nunca...                    

Bajo tus miradas

Es bajo tus miradas donde nunca zozobro;
es bajo tus miradas tranquilas donde cobro
propiedades de agua; donde río, parlera,
cubriéndome de flores como la enredadera.

Es bajo tus miradas azules donde sobro
para el duelo; despierto sueños nuevos y obro
con tales esperanzas, que parece me hubiera
un deseo exquisito dictado Primavera:

Tener el alma fresca, limpia; ser como el lino
que es blanco y huele a hierbas. Poseer el divino
secreto de la risa; que la boca bermeja

persista hasta el silencio postrero, bella, fuerte,
¡y libe en la corola suprema de la Muerte
con su última abeja!

Por Mariana Burgio

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