Una vida, un amor, miles de aventuras... encontradas en el interior, en el alma... chocan y chocan el corazón con la razón, el pensamiento con la pasión y sin entender la lucha dentro de tu ser, sigues en la rutina queriendo salir de ella.
Porque sin saberlo un día te reencontraste contigo misma y los aires de grandeza de una vida diferente te colmaron de alegría, dentro de la estadía en aquella sociedad, lugar de burócratas y caretas, donde quieres, sigues y peleas por marcar la diferencia.
Todos te llaman la chica de sueños de cotillón, hasta vos te crees lo artificial de tu realidad. Sin embargo quien te quita el camino del amor, magia y felicidad, el camino de luces de colores y armonías de fiesta.
Cierto, es y será, que no sos la dueña de semejante fantasía, que por momentos la verdad te golpea y la sociedad te despierta.
Solo es cuestión de equilibrar y mezclar los sabores, la amargura y la dulzura, las melodías sentidas y las aburridas, todo como en una canción de amor, como en la vida, pero, esta vez, escrita por ti misma.
Porque sin saberlo un día te reencontraste contigo misma y los aires de grandeza de una vida diferente te colmaron de alegría, dentro de la estadía en aquella sociedad, lugar de burócratas y caretas, donde quieres, sigues y peleas por marcar la diferencia.
Todos te llaman la chica de sueños de cotillón, hasta vos te crees lo artificial de tu realidad. Sin embargo quien te quita el camino del amor, magia y felicidad, el camino de luces de colores y armonías de fiesta.
Cierto, es y será, que no sos la dueña de semejante fantasía, que por momentos la verdad te golpea y la sociedad te despierta.
Solo es cuestión de equilibrar y mezclar los sabores, la amargura y la dulzura, las melodías sentidas y las aburridas, todo como en una canción de amor, como en la vida, pero, esta vez, escrita por ti misma.
Por Mariana Burgio
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