Ya es conocida la relación entre Pink Floyd y el cine. "The Wall", con la música de la banda y la dirección de Alan Parker, se transformó con el correr de los años en una de las obras maestras más importantes en la historia del rock. Sin embargo, la interacción entre la banda británica y el celuloide no habría empezado en el año 82 con esta película, sino en el 73 con el exquisito "The dark side of the moon".
No se conoce bien el inicio de la leyenda, pero varios fanáticos hicieron muy popular una discusión que realizaron en 1994 a través de Usenet en la que aseguraban que la película de "El Mago de Oz" de 1939 estaba totalmente sincronizada con el long play. Había quienes aseguraban que si se ponía play en el clásico disco de la banda al mismo tiempo que aparecía el león y rugía por tercera vez, las coincidencias eran demasiadas para ser casualidad.
Sin embargo, los integrantes de la banda negaron haber realizado este fenómeno de manera premeditada. El mismo David Gilmour se encargó de responder en forma irónica: "algún sujeto con demasiado tiempo en sus manos tuvo esta idea de combinar el film con The Dark Side of the Moon".
Lo cierto es que el disco, en sí mismo, se ha ganado un lugar entre los más grandes de la historia. Quizá sumarle este mérito a sus compositores sea ya una exageración de sus fanáticos con "tiempo en sus manos".
Por Emanuel Villalba
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