Viernes Santo

El cristo de San Juan de la Cruz, Salvador Dalí

Hoy no comí carne. Generalmente no sigo los mandatos de la Iglesia, pero hoy no comí carne. La religión excede lo espiritual y se encarna en nuestra sociedad creando costumbres que son difíciles de extirparse. Judíos, musulmanes, agnósticos… descansan en sus casas y seguramente comerán huevos de chocolate el domingo y algunos hasta se reunirán con sus familias.

Y los principios que figuran en la Biblia aún hoy marcan la moral de aquél que nunca la leyó ni pisó una iglesia, catedral o capilla. Todo un hemisferio está hundido en un sistema de pensamientos que actúa subliminalmente, tan de incógnito como el lenguaje quizás.

Pero las “escrituras sagradas” sólo son palabras atadas a una interpretación subjetiva, como todo libro. El rock no podía quedar afuera y aplica su propia visión de los hechos históricos. Si nos centramos en los sucesos de estos días, en esta semana, sin dudas “Jesucristo superstar” es el ejemplo más claro. Pero en nuestras tierras tenemos la más bella traducción del libro a nuestro idioma de la mano de Vox Dei. Ocho canciones resumen la Biblia, o al menos alguno de sus momentos más importantes: Génesis, Moisés, Las guerras, Profecías, Libros sapienciales, Cristo (nacimiento), Cristo (muerte y resurrección) y Apocalipsis. Un verdadero disco conceptual, tan lejano a lo que muchos suelen catalogar con ese nombre hoy en día.

Y acá estoy yo, el creyente que nunca va a misa, terminando de ver “La pasión de Cristo”, dentro de unas horas sentiré pasar el vía crucis con sus velas y cantos, aunque dentro mío sólo logre escuchar “Post-crucifixión”. Al final, el rock terminó por hundirme en su sistema de pensamiento, casi tan de incógnito como la religión.